Para facilitar el análisis, he dividido en varias etapas el período que transcurre entre los años 1500 y 2000.
La primera etapa, entre los años 1500 y 1600, se inicia con la aparición de los libros de bautismos en 1528. La
población de Villoslada, según el Censo de Población de la Corona de Castilla de 1591, era de 1595 personas y 319 vecinos.
Sin embargo, como consecuencia de la natural endogamia propia de una población pequeña y semiaislada, sólo existía un
centenar de apellidos paternos y algunos de ellos aparecen con gran frecuencia en los libros bautismales, ya sea por tratarse
de familias numerosas o por existir varios troncos familiares. Estos apellidos son: Aparicio, Arenzana, Baquedano, Bayo,
Calderón, Cebrián, Crespo, de la Cámara, de la Cuerda, de Muro, de Torre, de Vinuesa, del Rincón, Diez, Galán, García (y como
apellido compuesto, García de Baquedano, García de la Cuerda, García de Neila, García del Rasillo y García del Valle), Gil,
González, Hernández, Herrero, Izquierdo, La Puerta, Lacalle, Lafuente, Lombardo, López, Marín, Martínez, Montenegro, Moreno,
Nájera de Sopeña, Nájera, Navarro, Olarte, Orduña, Pérez del Tero, Rojo, Rubio, Sáenz (Sánchez) de Lollano, Salvador y Sáenz.
Los apellidos más numerosos entre los bautizados durante el siglo XVI fueron de Muro, de la Cámara, Arenzana y del
Rincón. Los dos primeros están presentes en la totalidad de las genealogías de las familias de Villoslada, pero en la
actualidad se han extinguido por línea de varón (en Chile, en México y en localidades del sur de España, el apellido Lacámara
se ha extendido ostensiblemente). Arenzana también se extinguió hace un par de siglos por ambas líneas. Sin embargo, el
apellido del Rincón (o Rincón) se ha mantenido hasta hoy por línea recta de varón tanto en Villoslada como en Chile y otras
localidades de España (Madrid, Extremadura).
Entre 1601 y 1700 aparecen nuevos apellidos en Villoslada: algunos corresponden a familias recientemente radicadas
en la localidad, otros son resultado de la tendencia a configurar los apellidos de manera compuesta. No obstante, los
apellidos originarios del siglo anterior se mantienen. La población de Villoslada en este siglo fluctúa en torno a las 1590
personas y los apellidos más frecuentes son: Agramonte y Fuencaliente, Amezúa, Aparicio, Arenzana, Artaloytía, Bazo-Ibáñez de
Tejada, Bernal, Bernía, Bidarte, Brasas, Calderón, Cebrián, Cerraco, Córdoba, Crespo, de Neyla, del Roncal, de Torre, del
Rincón, Diez de Arenzana, Diez, Enciso, Fernández de Velasco, Fernández-Salvador, Francés, García, García de Arenzana, García
de Olalla, García-Calvo, García-Cuerdas, García del Valle, González de Orduña, González de Pedroso, González de Valdeosera,
González-Millán, Hernández, Hernández de Vinuesa, Ibáñez, Ibarra, Izquierdo, Izquierdo-Montenegro, Izquierdo-Rozas, Jiménez
de Aragón, Jiménez, Lacámara, Lacanal, Lafuente, Larios, López, López de Sedano, López-Izquierdo, Marín, Martínez, Martínez
de Almarza, Martínez de la Escalera, Martínez de Tejada, Martínez-Pardo, Montenegro, Moreno, Moreno de Montenegro, Muro,
Nájera-Salvador, Navarro, Ochagavía, Ochoa de Tejada, Pérez, Pérez de Tejada, Pérez del Tero, Rubio, Ruiz, Ruiz de Aguirre,
Sáenz de Tejada, Salvador, Sánchez, Sánchez de Lollano, Sánchez-Romero, Sánchez-Salvador, Valdivielso, Vidaurreta, Yangüas y
Zabala.
Algunos de los apellidos compuestos estaban presentes de forma simple desde siglos anteriores pero las familias
deciden modificarlos por razones de notoriedad adicionando otro apellido que estimaban por razones especiales (v.g.: los
Nájera-Salvador y los Fernández-Salvador, para dar realce a uno de los doce linajes fundadores de la ciudad de Soria). Varios
apellidos provenientes del norte vasco se incorporan a Villoslada: Amezúa, Artaloytía (Don Juan de Artaloytía, oriundo de
Elgoíbar, se radica en Villoslada a comienzos del 1600, haciendo valer en documentos oficiales su hidalguía por vizcainía;
era antepasado de este autor), Bidarte o Vidarte (afincado en Villoslada hacia 1670, proveniente de Villarreal de Alava), del
Roncal, Ochagavía, Ruiz de Aguirre, Vidaurreta y Zabala (hacia 1630 llega el primer Zabala del cual descienden todas las
personas que llevan o han llevado este apellido en Villoslada). Algunos apellidos provienen de pueblos aledaños (García de
Olalla, Martínez de Almarza, Sáenz de Tejada y Sánchez-Salvador, que corresponden a familias procedentes de Lumbreras de
Cameros); de un cercano pueblo, Neila, procede el apellido de Neyla, y Enciso proviene de Muro de Cameros.
Durante la etapa que transcurre entre los años 1701 y 1800 se incorporan nuevas familias y apellidos a Villoslada,
las que enlazan con las ya existentes. La población de la villa en el año 1752, según el Catastro del Marqués de la Ensenada,
era de 1252 personas. En el año 1767, se registran los siguientes primeros apellido de estos vecinos: Adalid, Abad, Almarza,
Alonso, Álvarez, Andrés, Arana, Areitio, Arenzana, Artaloytía, Barrio, Barrón, Bayo de la Riva, Bazo-Ibáñez de Tejada,
Bernal, Bidarte, Blanco, Calvo, Camprovín, Cebrián, Cerraco, Clemente, Córdoba, Crespo, de Agramonte, de Abaytúa, de Amezúa,
de Bengua, de la Calle, de la Cámara, de la Losilla, de Pablo-Sáenz, de Pedro, de Puerta, de Santa María, de Torre-Arenzana,
de Torre-Isunza, del Castillo, del Rincón, del Valle, de Torre, de Torre-Bernal, de Torre-Bernía, de Valdivielso, Diez, Diez
de Arana, Diez de Arenzana, Diez de la Fuente, Elías, Erranz, Fernández, Fernández de Tejada, Fernández de Velasco,
Fernández-Salvador, Fernández-Romero, Francés, Gadea, García, García-Cuerdas, García del Valle, García-Lollano,
García-Olalla, García-Moreno, García-Rasillo, García-Rubio, García de Vinuesa, García-Zabala, Gil de Tejada, Gómez, González,
González-Valdosera, González de Andía, González-Pedrosa, González-Pedroso, de Grageda, Hernández, Hernández-Vinuesa, Herrero,
Íñiguez, Izquierdo, Jiménez, Juez, Larios, Larrinaga, López, López-Brieva, López-Montenegro, Lozano de Velasco, Marín,
Martínez, Martínez de Almarza, Martínez de la Escalera, Martínez de Tejada, Martínez-Pardo, Medrano, Merino, de los Molinos,
Montenegro, Moreno, Moreno-San Miguel, Moreno-Escudero, Moreno-Montenegro, Moreno-Olalla, Muro, de Muro-Arenzana, Muro-Peña,
de Nájera-Salvador, Ollacuriaga, Ortega, Pérez, Pérez de Agreda, Pérez de Arenzana, Pérez del Tero, Pérez-Santolino,
Pinillos, Rodríguez, Romero, Rubio, Rueda, Ruiz, Ruiz de Aguirre, Ruiz de Arechavaleta, Rupérez, Sáenz, Sáenz de la Laguna,
Sáenz de Sicilia, Sáenz de Tejada, Salvador, San Pelayo, Sánchez, Sánchez de Lollano, Sánchez-Nieva, Sánchez-Pardo, Sólo de
Zaldívar, Soriano, Tovía, Velasco, Vidaurreta y Zabala.
Los apellidos recogidos por línea de varón son 141. Algunos apellidos se reiteran con gran frecuencia (entre
paréntesis, el número de personas que lo usan como primer apellido): García (29), Sáenz (28), de la Cámara (16), Moreno (13),
Muro (13), Pérez (12), Izquierdo (12), González (11), Martínez (10), Rodríguez (9), Sánchez (9) y Fernández (8).
Durante el siglo XVIII se consolida la tendencia a utilizar apellidos compuestos (57 de los 141 apellidos del año
1767), lo que quizás se deba a la prosperidad económica que a inicios de ese siglo alcanzaron algunas familias de Villoslada
derivada de la ganadería lanar o al deseo de hacer notorio su origen noble.
En el año 1841 consta que la población de Villoslada era de 1091 “almas”. En ese año coexistían apellidos nuevos
junto a otros ya presentes desde siglos anteriores. El siguiente es un listado exhaustivo de esa época: Abeitúa (1), Alonso
(2), Álvarez (3), Amezúa (1), Arnoriaga (3), Artaloytía (11), Bazo-Ibáñez de Tejada (19), Barrón (1), Bayo (5), Blanco (4),
Calvo (4), Camprobín (2), Crespo (9), de Arana (14), de Diego (3), de la Calle (11), de Pablo-Sáenz (19), del Molino (1),
Diez (3), Diez de la Fuente (19), Diez de Tejada (1), Echavarría (12), Elías (30), Escribano (2), Esteban (1), Estepa (4),
Fernández de la Cuadra (1), Fernández-Román (12), Gadea (1), Galán (8), García (41), García-Crespo (4), García-Cuerdas (21),
García del Valle (8), García-Olalla (11), García-Moreno (23), García del Rasillo (5), García-Rubio (4), García-Tovía (1),
García-Zavala (28), Gil (23), Gil de Tejada (15), González (65), González de Sicilia (1), González-Pedroso (14), Gragera
(13), Gutiérrez (6), Hernández (29), Hernández-Vinuesa (13), Herqueaga (5), Herrero (26), Ibáñez (11), Izquierdo (15),
Jiménez (3), Larios (11), La Santa (3), Lacámara (24), Larrauri (3), López (5), López-Montenegro (11), Martínez (40),
Martínez de Almarza (4), Martínez de Pinillos (4), Medel (6), Méndez (3), Montenegro (7), Montero (2), Moreno (47),
Moreno-Escudero (1), Muro (100), Muro-Arenzana (3), Muro-Izquierdo (3), Muro-Peña (8), Pascual (5), Pérez (36), Pérez de
Agreda (7), Pinillos (49), Rincón (7), Rodríguez (23), Rojo (1), Romero (9), Rosáenz (1), Rubio (20), Rueda (1), Ruiz (6),
Sáenz (14), Sáenz de Cabezón (2), Sáenz-Laguna (33), Sampelayo (33), Sánchez (18), Sánchez de Lollano (32), Soriano (4),
Torre (8), Torre-Isunza (10), Tovías (6), Ubis (2), Valenciano (3), Velilla (4), Vidarte (29) y Zabala (55).
Los apellidos más frecuentes en esta “Relación” de 1841 son: Muro (100), González (65), Zabala (55), Pinillos (49),
Moreno (47), Martínez (40), Pérez (36), Sáenz-Laguna (33), Sampelayo (33), Sánchez de Lollano (32), Elías (30), Vidarte (29),
Hernández (29), García-Zavala (28), Lacámara (24). Varios de estos apellidos han desaparecido por línea de varón y ya no
tienen presencia en Villoslada. Los casos más llamativos son los apellidos Muro, Zabala, Sampelayo, García-Zavala y Lacámara
que se extinguieron debido a la emigración (actualmente hay algunos descendientes en Chile, Argentina, Madrid, Extremadura y
Andalucía).
Desde mediados del siglo XIX y hasta las primeras décadas del siglo XX aparecen en los registros algunos nuevos
apellidos que corresponden a personas o familias que han adquirido residencia en Villoslada. Ellos se enumeran a continuación
con la indicación, en algunos casos, de su procedencia: Ajuria, Albina (Pedro Albina de Pablo se traslada desde Duruelo de la
Sierra, Soria), Alcolea (de Mandayona, Sigüenza, provincia de Guadalajara), Ansola (de Elgoíbar, Guipúzcoa), Aranzubía (de
Fuenmayor, La Rioja), Arrieta (de La Población, Navarra), Arteaga, Balmaseda, Baños (de Lazagurría, Navarra) Berges, Camarero
(proveniente de las Viniegras), Carnicero (de Herreros, provincia de Soria), Casamayor (de Zaragoza), Ceniceros, Coronado, de
Castro, Echavarría (familia de Montenegro de Cameros radicada en Villoslada antes de 1850), Encío, Erquiaga, Escribano (de
Covaleda, provincia de Soria), Estepa, Fernández de la Cuadra (de Torrecilla en Cameros), Fernández de San Román, Fons
(procedente de Madrid, pero originario de Gerona), Galilea, García de Vinuesa (Evaristo García de Vinuesa y Crespo, oriundo
de Montenegro de Cameros, emigró a Albuquerque, Extremadura, casó luego con Apolonia Martínez de Pinillos, oriunda de
Villoslada, donde finalmente se radicó), García de la Peña, Gil, Gorosabel (de Huércanos, La Rioja), Hueto (de Santo Domingo
de la Calzada y Montenegro de Cameros), Iradier (Daniel Iradier Ladrero, tatarabuelo del autor, procedía de Torrecilla en
Cameros, si bien sus padres eran de origen navarro), Jiménez (de Montenegro de Cameros), Lacalle (de Montenegro de Cameros),
Las Heras (de Pajares de Cameros), Larrauri, Las Peñas, Leiva (de Rodezno, La Rioja), Leza, Manzanares (de Tricio, La Rioja),
Manzanos, Marín (de El Hoyo, aldea de Lumbreras de Cameros), Martín (de Pajares de Cameros), Martínez de Pinillos (de
Torrecilla en Cameros), Mayor, Medel, Moreno, Núñez (de Villalpando, Zamora), Olmos, Ortega (de Valdeavellano, Soria),
Pacheco, Pinedo (de Miranda de Ebro), Prior, (de Viguera, La Rioja), Revuelto (de Aranda de Duero, Burgos), Rojo, Rosáenz (de
Corera, La Rioja), Ruiz de Lobera (de Nalda de Cameros), Sáenz de Lasanta, Sáenz-López, Sáenz de Tejada (de Arnedillo, La
Rioja), Sáenz-Villarreal (de Nestares de Cameros), Salazar (de Huércanos, La Rioja), Sánchez (de Neila, Rioja burgalesa),
Santamaría (de Lardero, La Rioja), Ugalde, Vela y Yangüas.
En una relación de 1955 se detallan los nombres y apellidos de los “cabezas de familia”. Esta relación, que permite
conocer los 59 apellidos existentes por línea de varón ese año, se transcribe a continuación: Adalid (1), Albina (3), Alcolea
(3), Alonso (2), Bazo (1), Berges (1), Blanco (1), Calvo (2), Ceniceros (2), Coronado (2), de Pablo (1), del Rincón (1),
Elías (5), Escribano (1), Fernández (2), García (13), Gil (4), González Fons (3), González (13), Gorosabel (1), Hernández
(6), Herrero (1), Jiménez (1), Lacalle (1), Larios (2), Las Heras (1), Las Peñas (1), Manzanos (1), Marín (3), Martín (2),
Martínez (10), Mayor (2), Montenegro (3), Moreno (1), Moreno (los descendientes de Abundio Moreno) (1), Muro (2), Navajas
(1), Olmos (1), Pacheco (1), Pinillos (6), Prior (1), Ramírez (1), Revuelto (1), Rincón (5), Rubio (4), Ruiz (3), Sáenz (12),
Sáenz de Tejada (1), Sáenz-Laguna (1), Sáenz-López (3), Sampelayo (1), San José (1), San Juan (1), Sánchez (15), Tejada (1),
Tierno (2), Vidarte (4), Yangüas (1) y Zabala (2).
Finalmente, cabe señalar que los sucesivos censos de Villoslada dan cuenta de la abrupta disminución de la población
durante los siglos XIX y XX. En la “Relación” de 1841 los residentes eran 1091, en 1900 disminuyen a 722, en el año 1950 son
666 residentes y en 1999 los habitantes sólo son 392. Como ya se ha señalado, esta evolución demográfica trajo consigo una
importante disminución de las familias residentes y del número de apellidos.
http://www.villoslada.org/index.php/los-apellidos-en-villoslada
(Información extractada del libro “Villoslada de Cameros. Pueblo de hidalgos, trashumantes y emigrantes”. Publicado por Juan
Antonio García-Cuerdas y Sánchez-Lollano, y editado en 2006 por el Instituto de Estudios Riojanos).
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