La Rioja entró a la Edad Moderna con una ordenación del territorio fragmentada y bastante caótica. Por una parte,
estaban los grandes señoríos a los que nos hemos referido. Y por otra parte, existían señoríos menores y eclesiásticos y
extensas zonas de realengo en las que se observaban incipientes intentos de territorialización.
La Rioja se hallaba dividida de manera inorgánica entre las provincias de Burgos y Soria. Esta situación tuvo una
solución definitiva cuando en 1833 se estableció la provincia de Logroño que comprendía la mayor parte de los territorios
históricos y naturales de La Rioja, entre ellos la Sierra de Cameros y Villoslada. Brevemente analizaremos los principales
hitos que marcaron este impulso institucionalizador.
Desde 1366, Villoslada formó parte del señorío de los Manrique de Lara (Duques de Nájera), estatus en que se mantuvo
durante varios siglos. Sin embargo, los lazos con el Ducado de Nájera fueron cada vez más tenues a partir del siglo XVII y
durante el siglo XVIII se tornaron casi simbólicos.
Durante el siglo XVI Villoslada figuraba en las relaciones de la provincia de Burgos y en el censo de la población de
Castilla constaba en las Adiciones en el artículo de Nájera. En 1785, según la “División de Floridablanca” Villoslada era una
villa que aún pertenecía a un señorío secular (Ducado de Nájera), contaba con un Alcalde Ordinario elegido por los vecinos y
las decisiones judiciales de primera instancia se apelaban ante el Adelantado que era una autoridad judicial real. Dentro de
la Provincia de Burgos, estaba entonces adscrita al Partido de Logroño.
Tras diversas vicisitudes un decreto del 27 de enero de 1822 crea la provincia de Logroño, reconoce su individualidad
e incluye dentro de sus límites a la mayor parte de “La Rioja natural” y a la Sierra de Cameros con Villoslada. Sin embargo,
restablecido el gobierno absolutista (1823), la división provincial queda derogada por decreto y se vuelve al régimen de las
Intendencias. La Rioja dependerá administrativamente de Burgos y Soria hasta 1833.
Finalmente, gracias al impulso de la Reina María Cristina y con la importante participación de Javier de Burgos, se
aprueba el Decreto del 30 de noviembre de 1833 mediante el cual se establece la división del territorio español en
provincias, incluyendo la de Logroño con sus límites actuales. Aunque esta nueva división excluye algunos pueblos de Álava,
Navarra y Soria incorporados en 1822 y pese a que se insiste en utilizar el nombre de la capital, Logroño, para la provincia,
el Decreto de 1833 reconoce y sanciona definitivamente la peculiaridad de la región.
Mediante Real Decreto del 21 de abril de 1834 se crean nueve partidos judiciales: Alfaro, Arnedo, Calahorra, Cervera,
Haro, Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada y Torrecilla en Cameros. En este último queda incorporada la localidad de
Villoslada de Cameros. En 1977, el Partido de Torrecilla en Cameros se incorpora a su vez en el Partido de Logroño.
En noviembre de 1980 se reemplaza el nombre de Provincia de Logroño, poco preciso, por el histórico de Provincia de
La Rioja, con Logroño como ciudad capital. Y en 1982, La Rioja pasa a ser constitucionalmente una de las 17 Comunidades
Autónomas españolas.
http://www.villoslada.org/index.php/evolucion-politico-administrativa
(Información extractada del libro “Villoslada de Cameros. Pueblo de hidalgos, trashumantes y emigrantes”. Publicado por Juan
Antonio García-Cuerdas y Sánchez-Lollano, y editado en 2006 por el Instituto de Estudios Riojanos).
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